Winners, ¡hoy nos ponemos eruditos para tratar la historia del vino! ¡Vamos a ello!
El consumo de esta bebida nos daría para llenar varios post. Ha estado ligada a nuestra historia prácticamente desde que la comenzamos a llamar historia. Pero también a nuestras creencias: su origen se puede explicar a través de las religiones. Tanto en Egipto como en Grecia (y, en consecuencia, en el Imperio Romano) encontramos este caldo unido a la divinidad, a los dioses Hathor, Dionisio y Baco. Y ese lazo con lo divino se da también en religiones posteriores como el Cristianismo, que entiende que el pan y el vino consagrados son el cuerpo y la sangre de Cristo.
Pero, ¿sabéis cuál es la primera evidencia histórica que tenemos de su consumo? Hace un tiempecito… ¡En el año 3.000 a.C., en representaciones artísticas del Antiguo Egipto! Este pueblo fermentaba el mosto en vasijas de barro. El vino era una bebida lujosa, reservada para las capas altas de la sociedad, aunque se bebía abundantemente en distintas celebraciones y también se utilizaba en los ritos funerarios.
Luego vinieron los griegos quienes, además de considerarlo un regalo de los dioses (según la religión, Dionisio enseñó a los hombres a cultivar la vid), lo empleaban en rituales religiosos y funerarios, y en fiestas.
¿Y qué creéis que hicieron los romanos? Pues tomaron el culto de la vid de los griegos, pero ampliaron la forma de conservarlo (tinajas de barro, cubas de madera…) y la forma de tomarlo. Así, acompañaban el vino con miel, hierbas aromáticas, clara de huevo…
A partir de ahí queda un largo recorrido hasta llegar a la industria vinícola que conocemos hoy: la caída del consumo con la caída del Imperio Romano, la ambigüedad de los gobernantes moriscos que poseían viñedos aunque las leyes prohibían su venta; la vuelta a la explotación con la Reconquista… y un largo recorrido que nos lleva al momento actual.
Hoy, gracias a los vinos sin alcohol como Win.0, pueden disfrutar de este regalo de los dioses personas intolerantes al alcohol, embarazadas, diabéticos, aquellas que quieren cuidarse por dentro y por fuera o evitar riesgos innecesarios al volante. Y también -ya que hablamos de religión- que sus creencias les prohíbe beber alcohol.
La historia del vino tiene mucho recorrido; la del vino sin alcohol está empezando a escribirse, y con vuestra ayuda, winners, Win estará presente ocupando un sitio privilegiado.