Vaya…. No contabas con ese aperitivo en casa y descubres que no tienes vino frío… ¡No te preocupes! En este post os damos algunos trucos de #winner para que sigas siendo el perfecto anfitrión.
El vino no debe tomarse ni muy frío (porque entonces apenas se perciben los aromas y sabores) ni muy caliente, por eso debe estar guardado en un lugar apropiado, un espacio oscuro con temperatura constante y en posición horizontal. Ya sabes que los vinos tintos deben de tener una temperatura de unos 16º, pero los vinos blancos y rosados permanecerán a una temperatura más baja (6-9º en el caso de los blancos) y 8-10º los rosados.
Lo mejor es contar con una cava de varias temperaturas, pero si no es posible, puedes enfriar los vinos blancos y rosados en la nevera. Si vas justo de tiempo hay algunos trucos que puedes utilizar.
Seguro que últimamente ves a gente que mete un hielo en el vino blanco o rosado, pero es un error ya que el hielo diluye el vino y perderá parte del sabor que tiene. Tampoco es muy recomendable el congelador, salvo casos de extrema necesidad porque…. ¿nunca os habéis olvidado de una botella en el congelador y de repente ha explotado? Confieso, a mi me ha pasado, con una botella de espumoso….
Opción 1: poner en vino en la puerta de la nevera. Necesitas unos 30 o 40 minutos. Si no puedes entretener a tus invitados de ninguna forma, pasa a la siguiente opción.
Opción 2: enfriador de botella. Lo más cómodo es tener siempre el enfriador en el congelador y así cuando lo necesitemos sólo tenemos que sacarlo e introducir la botella en él. ¿Tampoco tienes uno? Bueno, está bien, tenemos más opciones…Opción 3: agua con hielo. De esto sí que tienes ¿no? Llena un recipiente con agua con hielo (todo #winner que se precie tiene una cubitera en casa) e introduce las botellas, con unos 15 minutos en el caso de los vinos blancos será suficiente.
Opción 4: si te come la prisa… añade al agua con hielo un par de puñados de sal. Mueve la mezcla para que la sal se disuelva y… ¡voilà! En cuestión de 5 minutos estará a su temperatura. ¿Por qué pasa esto? Pues porque la mezcla de sal y agua produce una reacción que hace que una vez disuelta la sal, absorbe el calor de la botella y así el frío de los hielos pasa más rápido al agua. Eso sí, la botella debe estar sumergida completamente, no como en una cubitera.
Opción 5: envolver la botella en una toalla húmeda. Sólo en casos de emergencia podemos envolver una botella en una toalla o paño húmedo y meterlo en el congelador. La toalla se congelará y el vino se enfriará más rápido (unos 10 o 15 minutos). Debes tener cuidado al retirar la toalla ya que puede haberse quedado pegada a la botella. Métela bajo un chorro de agua tibia y el paño se deslizará solo.
Opción 6: papel de cocina. Igual que el método anterior, pero usando papel de cocina mojado en lugar de un paño.
Ahora vamos con algunos trucos más divertidos…
Opción 7: uvas congeladas. Puedes congelar uvas y añadirlas a la copa antes de servir el vino. Funcionan como cubitos de hielo que absorben el calor sin diluir el vino y además una vez descongeladas tendrás un rico bocado.
Opción 8: vino en bolsa. Sí, las típicas bolsas de congelar…. Puedes verter la cantidad de vino que quieras en la bolsa, cerrarla y meterla en el congelador o en agua con hielo. En 15 minutos tendrás el vino frío pero eso sí, no cuentes con que mantenga su calidad a menos que sean bolsas de vacío.
¡Esperamos que estos trucos sean útiles para ti y tengas siempre a punto tus WIN para tomarlos a su temperatura adecuada en tus vacaciones!