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¡Cuánto nos cuesta regresar de las vacaciones! Los días se acortan, el trabajo se acumula y parece que los problemas, esos que se nos habían olvidado durante el verano, vuelven a aflorar. Al igual que enero, septiembre también tiene su particular ‘cuesta’ pero hay que afrontarla con energía y quedarse con el lado bueno de cada etapa.
- Retoma tus hábitos saludables. Intenta dormir ocho horas, hidrátate bien y lleva una dieta equilibrada rica en frutas, verduras, y proteínas no grasas. Incorpora alimentos como pescados azules, huevos, leche, plátano o piña, chocolate negro, cereales integrales, frutos secos, legumbres como lentejas, carnes magras como pavo o pollo, semillas, verduras y hortalizas como aguacate, berenjenas, espárragos, y zanahorias, porque son ricos en triptófanos y actúan como antidepresivos.
- Vaso medio lleno. Vale, igual no te cae bien algún compañero de trabajo pero estamos convencidos de que te hace ilusión volver a compartir cafés con otros. Además, seguro que este año te tocan proyectos emocionantes y conoces un montón de personas de las que vas a poder aprender muchísimo.
- Organiza tus tareas. Llegas a la oficina, abres tu correo electrónico y… ¡¡¡horror!!! ¡Ni en toda una vida podrías leer lo que hay en tu bandeja de entrada! ¡Que no cunda el pánico! Tómatelo con calma, no te cargues demasiado los primeros días, prioriza tus tareas y fíjate objetivos reales.
- Haz planes después del trabajo. Queda con algún amigo, apúntate al gimnasio, prepara una carrera, inscríbete en clases de baile… Hay vida más allá del trabajo así que… ¡muévete y aprovecha el tiempo!
- Y cuando llegues a casa… ¡WIN! ¡Qué mejor recompensa a una jornada cargada de actividades que relajarse con una copa de vino sin alcohol WIN en buena compañía, junto a una cena rica. Si, al final, la vuelta a la rutina no está tan mal. Tan solo hay que saber concederse pequeños placeres.
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