Win Sin Alcohol eleva su percepción de marca a otro nivel con un producto todavía más premium, por dentro y también por fuera, renovando su imagen.
Por dentro, porque Bodega Win Sin Alcohol continúa en su búsqueda de la excelencia a través de diferentes proyectos de investigación con el fin de optimizar los conocimientos técnicos en la producción de sus vinos desde la obtención de la uva, hasta el proceso de desalcoholización. El objetivo final es obtener uvas con baja concentración de azúcar y estudiar las condiciones de fermentación adecuadas para ofrecer vinos sin alcohol de calidad extraordinaria y atractivos para el consumidor.
Y esa renovación también se presenta por fuera, principalmente simplificando el logo para que sea mucho más fácil de identificar y recordar. Una imagen que refleja naturalidad, frescura, elegancia, propias de un vino que avanza hacia la excelencia.
El zarcillo representa la tradición, la vinculación con el medio ambiente y la dedicación a elaborar vinos de alta calidad, que avalan la larga trayectoria de Bodegas Familiares Matarromera. El uso del verde simboliza la naturaleza y es el color de la sostenibilidad, vínculo con el viñedo y pilar fundamental de la marca Win.
Una nueva imagen que responde a las preferencias actuales de los consumidores, que buscan productos auténticos, saludables y con una historia que contar. “Queremos conectar con ellos de una forma más cercana y auténtica y atender a su demanda para que, quien elija los vinos sin alcohol, sienta la pasión y el cuidado que se depositamos en cada botella”, explica la presidenta de la Bodega Win Sin Alcohol, Beatriz Moro.
Con todos estos cambios, Win da pasos firmes para alcanzar el máximo nivel de calidad e imagen, siempre buscando disfrutar como nunca de un brindis sin alcohol.